Son varios los análisis que se han hecho en torno al Índice Global de Competitividad Global 4.0, que dio a conocer el Foro Económico Mundial a finales del año anterior y que muestra los avances que en la materia tuvieron los diferentes países en el atípico 2020.
Ciertamente es de destacar los avances que diferentes países han tenido en esta última medición (con todo y el cambio de metodología que tuvo el Índice en esta oportunidad). Muchos de ellos son países que trabajan programas estructurados por el Gobierno y desde hace muchos años para ser más competitivos.
El Índice hace la recomendación general de avanzar con urgencia en ocho temas prioritarios: Estabilidad fiscal, oportunidades de empleo de calidad, protección a la vejez, sostenibilidad ambiental, instituciones estables y fuertes, conectividad e infraestructura con cobertura nacional, inserción a las cadenas globales de valor y uno en el que me quiero detener especialmente: el desarrollo de habilidades pertinentes para enfrentar el futuro.
El mismo World Economy Forum publicó casi a la par del Índice Global de Competitividad, el tercer Estudio del Futuro de los Empleos. El Foro estima que para 2025, 85 millones de puestos de trabajo podrían ser desplazados por un cambio en la división del trabajo entre los humanos y las máquinas. Esta sin duda es una gran preocupación de toda la humanidad a futuro.
La buena noticia es que se está calculando que pueden surgir aún más empleos - 97 millones - que se adapten mejor a la nueva división del trabajo entre humanos, máquinas y algoritmos. Según el estudio, al menos la mitad de todos los empleados en el mundo tendrá que volverse a formar para el 2025, a medida que va a aumentar también la adopción de tecnología.
¿Y saben cuál es la principal habilidad que deben desarrollar las personas no solo para hacer mejor su trabajo sino para poder trabajar en 2025? Pues la adopción y el desarrollo de un pensamiento analítico y el poder de la innovación. Quienes estamos ya inmersos en estos temas debemos seguir ayudando a que se incorpore una mayor inteligencia analítica en las empresas, la educación y en la sociedad como tal. Se ha recorrido camino, pero aún falta más convencimiento y esfuerzo en torno a este tema.
